Jesucristo, hizo una pregunta a sus amigos más cercanos días antes de su crucifixión: “Y ustedes, ¿quien dicen que soy yo..?” Ninguno de ellos hubiera dado un solo denario por su memoria el día en que la piedra de sepulcro se cerró. Sin embargo, la mayoría de ellos, muere como mártires asegurando haber sido testigos de su resurrección.